![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2hg-BohBv-FLYoPvpTD_DeBlWaB8jzdIz6WzhGU_svK-I1P6I-GX1Neln8966ECjCMiLKeTEFgCNO3Aac1baGP-_CtDbzrwYzZvvCM9xSu82Dk7tA9u-tM8zBDjfrWCjzBcYk5WGtsvg/s320/August+Thyssen.jpg)
Hace muchos años, hacia el 1920, el primer barón Thyssen-Bornemisza, comenzó a coleccionar una serie de pinturas que ya poseía de sus antepasados y a comprar algunas más. A este barón llamado Heinrich, le encantaba la pintura y disfrutaba mucho observando las obras. Así, comenzó sin saberlo lo que seria una de las colecciones privadas más importantes.
Ya su padre, August, a quien le gustaba mucho la escultura, había encargado varias esculturas a un famoso artista de la época, Auguste Rodin. Por lo que Heinrich, además de pinturas también tenía esculturas.
En un periodo entre la primera guerra mundial y el crac de 1929, muchos particulares tuvieron que vender colecciones privadas y fue Heinrich quien las pudo comprar a muy buen precio. Así en 1930 preparó una colección en Múnich. Mas tarde, compró una hermosa villa en Lugano, Villa Favorita, y allí expuso su colección privada.
Hans Heinrich, siguió con la colección de su padre, pero como a el le gustaba más la pintura impresionista, su colección creció hacia esa etapa de la pintura. Intentó reunir varios cuadros que se habían ido repartiendo entre sus hermanos. A Hans le gustó tanto coleccionar que llegó a comprar más de 100 obras cada año, y no solo cuadros, también tenia dibujos, acuarelas, esculturas en marfil, plata, muebles y alfombras.
Hans no quería que a su muerte la colección se vendiese por partes, así que tuvo que plantearse como mantenerla unida. Tras una sagaz campaña de “seducción” a los posibles países interesados, fue España quien se acercó más a su idea inicial. Mantener la colección unida en un lugar de prestigio y no perder su nombre. Para ello se ubicó en el Palacio de Villahermosa en Madrid, muy cerca del Museo del Prado. El estado español y todos nosotros fuimos muy afortunados por tener tan cerca un museo que ilustra unas etapas de la pintura internacional que no podíamos admirar si no fuese fuera de España.
Ahora el Museo Thyssen-Bornemisza podemos admirarlo todos. Si quieres verlo pulsa aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario